La mayoría de los padres observa con atención el desarrollo de los dientes de sus hijos y, a medida que éstos van creciendo, se preguntan a qué edad es más conveniente ponerles la ortodoncia a sus hijos.
Hay padres que consideran que el momento adecuado para llevar a sus hijos a la consulta del ortodoncista es cuando hayan cambiado todos los dientes, lo que suele suceder alrededor de los 12 o 13 años, sin contar las muelas del juicio.
Sin embargo, ésta no es la edad recomendada, ya que una ortodoncia temprana simplifica, acorta y abarata mucho el tratamiento. Por eso, la pregunta es: ¿A qué edad puedo empezar a llevar a mis hijos para colocarles la ortodoncia?
La mejor edad para la ortodoncia es a los seis años
La Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO) ha señalado que es aconsejable realizar una primera revisión a los seis años, a pesar de que el crecimiento de los dientes parezca normal a simple vista. De hecho, el ‘Diagnóstico y presupuesto’ de la visita son gratis con el seguro dental de OralPrima y existen más de 30 prestaciones gratuitas y descuentos de hasta el 50% en tratamientos.
Con la visita temprana, el ortodoncista podrá valorar tanto la posición como la mordida de los dientes y el crecimiento de los huesos maxilares a tierna edad.
En realidad, corregir las anomalías de los dientes es mucho más sencillo a temprana edad. Si, tras esta primera revisión, el médico considera que el desarrollo es correcto, será recomendable realizar controles periódicos una vez cada seis meses o al año.
De esta manera se podrá hacer un seguimiento de la evolución de la salud dental, y se podrá detectar los problemas, en caso de que se produzcan, en fases tempranas.
Por el contrario, si existe alguna alteración en el alineamiento o la mordida de los dientes, el especialista valorará la posibilidad de comenzar un tratamiento de ortodoncia, realizando un estudio completo con radiografías y fotografías intraorales y extraorales, así como un tratamiento personalizado para el niño.
¿Por qué se recomienda empezar a los seis años?
La edad recomendada de seis años no es casual, sino que coincide con un período dentario trascendental que se conoce con el nombre de “dentición mixta”, que se produce entre los seis y los doce años; es decir, la etapa en la que los dientes temporales conviven con los definitivos, ya que los primeros son reemplazados progresivamente por los segundos.
Además, en esta etapa que tiene lugar entre los seis y los doce años se produce el desarrollo de los huesos maxilares de los niños. Cuando dichos huesos están en crecimiento, aún se pueden moldear para que se desarrollen de manera adecuada. El objetivo es corregir el crecimiento inadecuado de los huesos con la ortodoncia interceptiva.
Por lo tanto, ponerse en manos del dentista de manera temprana facilita que, a los 12 años, se hayan solucionado dos problemas. Primero que, cuando se produzca la erupción de los segundos molares permanentes, todos los dientes encajen correctamente. Y segundo, el tratamiento en edad infantil permite la corrección del crecimiento inadecuado de los huesos maxilares.
Por eso cabe destacar que la ortodoncia interceptiva permite mejorar el alineamiento y la mordida de los dientes, así como evitar recurrir a procedimientos más drásticos o complicados en la edad adulta.
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