Plantearse metas al comienzo de un nuevo año es cada vez más habitual. Para aquellos que tienen la costumbre de fumar tabaco, por ejemplo, puede ser el momento ideal para retarse a abandonarlo por completo. Y es que son innumerables las consecuencias negativas que genera en diferentes partes del cuerpo, como la boca y los dientes. Desde Oralprima te explicamos cómo afecta el tabaco a la salud bucal.
Cuando fumamos se genera, en primera instancia, problemas como la halitosis, la pérdida progresiva del blanco natural de los dientes y la aparición de manchas. Con el paso del tiempo, las consecuencias son peores. Y es que comienzan a aparecer otros síntomas que contemplan enfermedades o dolencias. Entre ellas, la disminución del riego sanguíneo en las encías que, podría reducir la capacidad que tiene la cavidad bucal de hacer frente a los agentes infecciosos.
A su vez, este menor nivel de defensas en la boca, dificulta el proceso de cicatrización de las heridas que se puedan producir, tanto de forma accidental como por intervenciones quirúrgicas, generando así infecciones de todo tipo. Por consiguiente, se genera una modificación en la composición de la placa bacteriana, que tiende a volverse más patógena y a causar infecciones por sí misma. No sólo el número de estos problemas será mayor, sino que además su tratamiento será mucho más complicado.
Por otro lado, se ha demostrado que las personas que fuman grandes cantidades de tabaco, tienen una alta probabilidad de sufrir una serie de enfermedades infecciosas como la periodontitis o la candidiasis oral.
Del mismo modo, los fumadores presentan irritaciones en las membranas de la mucosa oral, que favorece la pronta aparición de lesiones y úlceras de la mucosa.
Además, ocho de cada diez casos de cáncer oral tienen que ver con el tabaco y, el diagnóstico tardío lleva a la muerte a uno de cada cuatro pacientes.
El mejor tratamiento posible es, evidentemente, dejar de fumar cuanto antes.